Nací en Haro. Virgo de 1953. Estudié en la escuela de Don Juan y pricipalmente en las Monjas francesas de la Calle Italia. (A los diez me mandaron a otro lado). Al salir del colegio veía dos cosas, un castaño enorme, seguramente casi centenario, y un edificio viejo señorial en la siguiente esquina, medio en ruinas. Yo preguntaba qué era eso y por lo visto era la cárcel, pero estaba tan en ruinas que los reos no debían quedarse mucho tiempo allí. Cada vez que volvía al pueblo iba a ver si la casona se había hundido ya. Estaba intrigadísimo por entrar. El castaño anterior estaba protegido por una tapia que saltaba sin problema, pero este palacio permanecía cerrado a cal y canto. En 1989 decidieron rehabilitarlo y convertirlo en hotel de lujo. Mis deseos de entrar en una "celda" aumentaron. Ahora bien, nadie va a alojarse a un hotel en su propio pueblo. ¡Qué contaros!.
Pues este año (hace 4) lo he hecho. Dos noches en el convento, cuartel, hospital, cárcel u hotel. ¿Mi impresión?, bien, muy bien.
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